La parcela se ubica en la ladera de una colina. Cuenta con fantásticas vistas hacia la Ría de Vigo y San Simón. Resulta muy visible desde la carretera.
La panorámica es animada por el paso periódico de algún tren o barco que contorna la costa.
Por exigencias del programa, se ha tratado de organizar todos los espacios en la planta baja. Dada la extensión del mismo, la idea del arquitecto es construir una casa hecha de pequeños volúmenes que evoque un pequeño asentamiento humano y complete el núcleo en el que se integra, conformando un frente adecuado a su escala.
La organización del proyecto en una sola planta obliga al arquitecto a optimizar la ocupación en la parte edificable de la finca (cuyo límite de núcleo describe una curva).
Es por ello, que se recurre a la forma de concha para ordenar siguiendo dicha curva del plan urbanístico. El abanico en planta consigue organizar con desparpajo volúmenes de la vivienda cuya orientación obedece al relieve, las vistas y a la posibilidad de iluminación cenital. Dichos volúmenes se cosen por dos palios o áreas porticadas: el porche y el garaje.
Los espacios de bodega adyacentes al garaje se encajan en el terreno formando una pastilla semienterrada, que da protección y genera patios soleados para el resto de la casa, y que resulta muy práctica para permitir el acceso al resto de la cubierta desde la parcela, recuperando espacio exterior de finca y constituyendo un mirador sobre la ría desde donde resulta manifiesta la jerarquía de iluminación cenital en sección.
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