El problema a resolver planteado al arquitecto consistía en construir un espacio agradable con los mínimos medios, un lugar estéticamente atractivo reflejo de lo que allí se ofrecía.

Existían unos condicionantes previos: la peluquería existente en el bajo de una vivienda unifamiliar, su fachada inamovible y el acceso independiente a la bodega manteniendo la separación actual entre público y privado como requisito indispensable.

Desde el punto de vista arquitectónico la intervención es sencilla: se aprovecha y amplía la actual entrada a la peluquería creando una sala de espera común central y se construye el gabinete de estética en los límites que la circulación privada interior-exterior de la vivienda le impone, sirviéndose además de la ventana existente.

Mínimos medios, máximos resultados…

Mínimos medios significa en ocasiones autoconstrucción. Para alcanzar la premisa de máximos resultados la construcción debe ser sencilla pero no por ello carente de atractivo. Los nuevos paramentos se pintan de blanco, usando el color solo para resaltar la zona de maquillaje, de tal manera que no abrume en el conjunto. El techo es el elemento donde se vuelca la mayor preocupación de diseño, ya que en muchas ocasiones será la principal visión de los clientes cuando reciben los tratamientos. La luz no debe deslumbrarlos cuando reciben tratamientos y la visión debe ser cálida, para ello se colocan simplemente unos tirantes que sostienen una tela blanca que forma ondas por su propio peso y difumina la luz, creando con un sencillo gesto un espacio agradable y cómodo.

Podéis ver más imágenes, dibujos y planos en la web del arquitecto http://curras.es/estetica-local-arquitectura-interior-moana-arquitecto-meira.html

Centro de Estética en Meira- Moaña